Ante todo a la hora de opositar tienes que estar motivado, tienes que estar convencido de que lo que quieres es preparar “esa oposición”, te está esperando, es para ti, no importan las plazas que se hayan convocado, tú sólo necesitas una, las demás te dan igual. No esperes que te convenzan, porque el que va a tener que trabajar y esforzarse por conseguirlo vas a ser tú, porque al fin y al cabo tú en primera persona serás el que disfrutará de ese éxito.
Cuando se está motivado el esfuerzo disminuye, la motivación es un aliciente para seguir adelante y lograr tus metas profesionales. Piensa en todo momento que el estudio es factible, que puedes asumir el programa que tienes delante; si por el contrario consideras que supone una sobrecarga lo único que puede generarte es una situación de estrés que no conduce a nada positivo.
Es fundamental para que tu ánimo no decaiga que tengas siempre muy presente cuáles son tus objetivos, qué metas y beneficios vas a conseguir con tu estudio.
Por supuesto que sí. Debes tener en cuenta que te vas a examinar de una oposición, una prueba donde la proporción entre el número de plazas y los aspirantes a ella es abismal. Por este motivo los Tribunales calificadores tienen que realizar pruebas en las que el opositor demuestre no sólo que sabe sino que además entiende lo que se le está preguntando.
Por eso, no cabe duda de que en aquellas oposiciones cuya forma de examen es tipo test o preguntas con respuesta múltiple, hay que adaptar el estudio en la misma medida a esta modalidad. Tan importante como memorizar es comprender bien todos los detalles del contenido del temario, una palabra, la puntuación, el sentido de una frase, uso de sinónimos, … son determinantes para que superes o no esa pregunta. Cuando se estudia se deben tener en cuenta esos detalles, por eso es fundamental comprender bien el significado de todos los términos y conceptos. Si hemos comprendido bien la materia, el estudio resultará mucho más fácil y será mucho más difícil que “nos pillen” con preguntas trampa o con las típicas preguntas de “todas son verdaderas” o “todas son falsas”.
Antes del estudio analiza bien el contenido que vas a estudiar, el objetivo del estudio y utiliza glosarios de términos o conceptos jurídicos. Seguro que una vez asumidos el estudio te va a resultar mucho más fácil. No debes pasar ninguna parte del temario sin comprender bien todas las materias que se están utilizando, pregunta las veces que sea necesario, aprende a través de ejemplos prácticos, intercambia ideas con el profesor o con otros compañeros, eso te ayudará a fijar todos los conceptos y te ayudará a ahorrar tiempo y esfuerzo en el estudio.
No todos disponemos del mismo tiempo para preparar una oposición: las condiciones personales y profesionales de cada uno son diferentes, unos trabajan otros no, unos tienen obligaciones personales o familiares que suponen disponer de menos tiempo que el que nos gustaría o del que necesitamos. Por eso debes buscar el mejor momento para el estudio, ya que no es tan importante “sacar horas” como que esas horas estén realmente aprovechadas.
Crea tu propia estrategia de aprendizaje, debes ser metódico, organiza tu tiempo, intenta crear tus rutinas y estudiar siempre a la misma hora. Fíjate un horario adecuado e intenta cumplirlo dándole prioridad sobre cualquier imprevisto que haya surgido.
Otro elemento fundamental del estudio es la concentración. Evita contar con elementos que puedan distraerte: cuando vayas a estudiar busca un entorno agradable que favorezca la concentración y aprovechamiento de las horas destinadas al estudio. Evita ruidos, interrupciones, que tu mesa de trabajo esté despejada y sin elementos que tengan relación con la labor que estás realizando. Es importante que tu entorno comprenda tu situación y lo respete; de esta forma se evitan interrupciones y generarás un ambiente óptimo para el estudio.
También es importante el lugar de estudio, estar a gusto es básico, por lo que hay que evitar no tener la temperatura adecuada o no ventilar lo suficiente. De la misma forma, que la ropa sea la idónea y cómoda.
Tener confianza en nosotros, en que podemos realizar y aprobar el examen nos ayuda, nos da ánimo y nos tranquiliza. Nuestro estado de ánimo influye en todas nuestras facetas de la vida y en el día a día del opositor también, piensa que la oposición es una carrera de obstáculos que tenemos que ir sorteando, pero que estás entrenando para conseguir llegar a la meta. Enfrentar un examen con optimismo es elemental, da fuerza y elimina las inseguridades de última hora que tanto pueden desestabilizar. Si he estudiado y me he preparado a conciencia estoy en condiciones de aprobar y es eso lo que debemos llevar cada día y mucho más el día del examen.
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